2180 4 months ago 2180 4 months ago
Mi primer anal en la Ciudad de México: Yo, con 27 años, me había mudado hacía poco de mi país natal Colombia. A un Condominio nuevo y todo rebosante de cajas en la ciudad de México. Sinceramente, la posibilidad de que alguien quisiera cogerme era terrible en aquel lugar. Todos los vecinos me veían muy sexualmente y se mordían sus labios yo solo me imaginaba muchas cosas en mi mente sucia y perversa.
El día anterior había «conocido» al vecino. 35 años de edad, tenue, con un crecimiento de vello facial. Con la ropa puesta, parecía tener un cuerpo decente, a pesar de que, como era invierno, tenía mucho mejor aspecto sin ella.
Nuestra relación se limitó a un saludo básico antes de subir juntos al ascensor y al paseo en el ascensor, que duró un par de instantes. No te voy a engañar, fue suficiente para que me imaginara… Aunque en ese pensamiento en mi mente no estaba lo inesperado que me buscaba.
Llegó el día siguiente. Eran alrededor de las 8 de la tarde. Mi pensamiento esa noche era invitarlo a cenar temprano y desfilarle con mi enorme culo por el frente de su cara pero en realidad, no había sacado el televisor de la maleta, así que no podía hacer muchos más planes. Para mi consternación, obviamente, la noche planeaba enturbiarse. Llegaron las 8 de la tarde y en ese momento apareció en mi piso, mi sensación más memorable fue sacarle toda su ropa y volverme una verdadera perra.
Subimos los dos a mi habitación y cuando llegamos a su entrada me encontré con que la tenía justo encima. En el momento en que llegamos, mientras él entraba y s colocaba cómodo, me preguntó qué hacía yo en la oscuridad de mi cuarto a lo que le contesté haciéndole saber que hacía muy poco que me había mudado y pensaba preguntar si me dejaría estar con el o algo así. En ese momento se encendí la luz. Me pregunto que cargaba puesto yo me sentía muy perra y le dije que cargaba unas pantis debajo de mi vestido rosado.
Se sacó su gran polla y me pide que le de una buena mamada yo ni corta ni perezosa decido meterme esa gran polla en mi boca, mientras el iba acariciando mi culo la verdad deseaba tanto el sexo anal que no dude ni un minuto en decirle que me destrozara todo mi culito.
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