Kari Cachonda: La chica cierra tranquilamente la puerta, baja las persianas e indica al cliente que se siente en uno de esos sillones de barbero vintage sin decir una palabra.

Antes de que ella le obligue a apoyarse en el reposacabezas y le cubra la cara con una toalla húmeda, caliente y un paño frío. El puede ver que la chica tiene el pelo grueso, oscuro y rizado. Ni siquiera necesita ver el frasco para reconocer el inconfundible aroma de su lubricante clásico preferido Floid para antes del afeitado. La chica es experta en lo que hace. Se quita la toalla caliente, se pone unas gotas de loción en la palma de la mano y empieza a masajearse la cara para percibir el grosor del pelo, las curvas y los pliegues de la cara, captando con las yemas de sus astutos dedos el crecimiento del pelo más duro, a contrapelo. Es importante comprender y respetar la barba antes de afeitarla.

El hombre deja escapar un pequeño gemido de placer cuando su áspera piel es tocada por los dedos frescos y suaves de la chica. Tras marcharse, la chica vuelve cargada con el cuenco, un cepillo de pelo de tejón y un tubo de crema Trumper perfumada con sándalo.

Bajo la fina tela de gasa, el hombre abre parcialmente los ojos para revelar la silueta de una mujer de cuerpo desnudo y pechos exuberantes. La dama tiene unos enormes pezones negros que se agitan alegremente, como si se estuviera masturbando en lugar de mover vigorosamente el cepillo para batir la espuma. Su única vestimenta es una vaporosa falda de velos de gasa, velos indiscretos que se despliegan cuando ella mueve la enorme mata oscura de vello rizado de su pubis.

La espuma está preparada. La chica se acerca al hombre por detrás, se inclina ligeramente y comienza a enjabonarlo con delicados movimientos longitudinales. El bulto de sus vaqueros empieza a hacerse más notorio cuando sus pechos desnudos y su larga cabellera rozan su nuca. Su excitación alcanza el clímax cuando oye el «risc risc» de la cuchilla de afeitar pasando repetidamente sobre la tira de cuero para asentarla.

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Con sólo mirar sus enormes tetas, desarrolló una erección y empezó a masturbarse a escondidas. Ella observó, le quitó la bata y reveló la enorme polla erecta. Se sintió obligada a hacerle una paja.

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